CUSCO / PERÚ / Las tres víctimas tienen en común la mirada de tristeza
en el fondo de sus ojos. Sus testimonios también tienen un hilo común; fueron
esterilizados brutalmente entre 1995-2000 por orden del gobierno de Alberto
Fujimori.
Teodora Guzmán Velázquez, de 47 años, viene del distrito Mollipata, en
los Andes. Su pueblo está ubicado aproximadamente a tres horas en bus desde la
ciudad de Cusco, el antiguo centro del Imperio Incaico. Cuando comenzamos a
entrevistarla nos responde en su idioma quechua, imposible de entender.
Y eso es lo otro en común con casi todas las víctimas; no hablan
castellano. En esta parte del Perú (Cusco) hablan solo quechua. En otras provincias del
país hablan otro idioma natal, pero no español.
No entendieron cuando los médicos o las enfermeras llegaron a sus casas
en la sierra para decirles que serían objetos de la esterilización. Ante la eventualidad
de tomar una decisión tan drástica, ¿cómo era posible ejecutarla si ni siquiera
comprendían el idioma en que les estaban hablando?
Si además sabemos que las víctimas venían de condiciones de extrema
pobreza mientras los médicos, por otro lado, generalmente vienen de una clase
social muy diferente, pues entendemos que eran dos mundos opuestos que se
enfrentaron estos seis años cuando fueron esterilizados más de 370.000
peruanos.
PEDIMOS a Demetria Molina Huilca ayudarnos con
la traducción. Ella ha luchado desde el 2001 para exigir justicia a través del
trabajo organizado en la Asociación de las Mujeres Afectadas por la
Esterilización Forzada, AMAEF. Y Teodora comienza su relato:
– La ambulancia me trajo desde Mollipata el 20 de abril de 1999 y
llegamos a la posta de salud. Cuando llegamos me amarraron en los pies. Y luego
me han amarrado con el hilo. Quería escapar pero llegaron con candado.
¿Por qué la
llevaron a la posta de salud?
– Me obligaron con fuerza. Era la política del presidente Fujimori. Me
inyectaron y me he adormecido. Cuando desperté estaba en la casa de mi hermana
y comencé a caminar de vuelta a mi casa.
Teodora tenía solo tres niños que no es mucho en las sierras del país
andino. Ahí es muy común y además importante tener bastantes niños para las
familias en el campo porque trabajan cuidando a los animales.
¿La esterilización
tuvo algunas consecuencias físicas, psícicas o en la relación a tu marido?
– Mi esposo había ido a trabajar a la chacra en la mañana cuando la
ambulancia vendría a recogerme. Mi marido no firmó nada porque no sabía nada de
lo que iba a pasar. Ahora dice mi esposo que “yo no quiero saber nada, tú has
dicho esas cosas, tú sabrás como vivir”, dice mi marido que ahora quiere
divorciarse. Todo se cambió a raíz de la esterilización que me hicieron, dice
con los ojos llenos de lágrimas. Dice que ando buscando a otros hombres.
A los hombres también:
¡”Te esterilizamos o no te damos la Partida de
Nacimiento de tu hijo”!
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El campesino Álvaro Mario Champin. |
El Programa Nacional de Planificación Familiar del gobierno de Alberto
Fujimori no solo golpeaba a las mujeres pobres, como en ninguna otra parte del
continente americano. Casi 25.000 hombres fueron víctimas del “Cuchillo
Japonés” de Fujimori. En Cusco, este año, nueve hombres se han registrado como
víctimas y el campesino Álvaro Mario Champin, de 49 años, es uno de ellos. Para
los varones la carga es quizás más grande justamente por ser hombres en un país
machista.
Champin viene del distrito Huancarani situado a 4.000 metros sobre el
nivel del mar.
– Comenzaron a citarme y exigirme desde 1995. Ahí solo tenía 28 años. El
1997, cuando fui a la posta de salud para registrar mi quinto niño, me dieron
el ultimátum; esterilizarme o no me darían el Certificado de Nacimiento de mi
hijo. Me vi obligado de acceder por mi hijo. Fue un chantaje.
¿Qué
consecuencia ha tenido tras la esterilización?
– Ya no vivo desde el 2001 con mi esposa. Mi esposa quería tener dos
hijos más y por eso me abandonó. Tuve una nueva relación pero ella también me
abandonó por no poder darle los niños que quería.
Cuando entrevistamos al campesino Álvaro Mario Champin nos relata que va
a entrar a registrarse en la oficina como víctima de la política de
planificación familiar del régimen de Alberto Fujimori.
– Exijo justicia y que la verdad detrás de este crimen no quedará
impune, inclusivamente para nosotros varones. Porque si no fuera por “El Chino”
Fujimori, todavía había vivido con mi primera mujer.
La pobreza extrema y dos arrobas de maíz
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Demetria Molina Huilca ha luchado 20 años para que se haga justicia. |
Demetria Molina Huilca es tesorera en AMAEF. Es originaria del
distrito de Huraro en el departamento de Cusco. Es un clásico caso como las
autoridades presionaron al esposo para que éste les diera un poder para
esterilizar a su mujer. “La Zanahoria” llamaba al dinero y entre las
poblaciones de extrema pobreza, en las regiones andinas, podía ser equivalente
a dos arrobas de maíz que eran entregadas a las familias abandonadas por el
estado peruano.
Este es el caso de Demetria:
– Varias veces aparecieron dos enfermeras en mi casa, tanto en la
mañana, medio día como en la noche, diciendo que teníamos que esterilizarnos
pero mi esposo no ha querido. “Yo tengo que trabajar en la chacra para mis hijos”,
decía. Intentaron a convencer a mi esposo, diciendo que Fujimori daba 1000
soles (en actualidad U$ 285), como una arroba de maíz. “Dile gracias al presidente Fujimori! ¡Aprovéchense!”,
decían. Y nos han convencido.
DEMETRIA FUE TRASLADADA EN
AMBULANCIA a la posta de salud, en Anta, a unos 30 minutos de la
ciudad de Cusco. Fue el 22 de septiembre de 1997 cuando entró Demetria a la
posta y le dio un shock:
– Yo vi la fila de las mujeres cambiadas (de ropa), amarradas de pie y
manos en las camillas o en el suelo. Quería salir pero me ordenaban: “¡Cámbiate,
Cámbiate, ya te va a tocar tu turno”! me han dicho.
– Pero ¿qué cosa me van a hacer? “Las señoras están muertas”, pensaba
yo, viéndolas acostadas, ¿“así me van a hacer a mí también, matarme? Prefiero
yo irme, sino me voy a escapar”, decía yo pero no me han dejado ir.
Al contrario a la regla, o por falta de conocimiento, Demetria había
desayunado en la mañana por lo cual la anestesia no había tenido un efecto
suficientemente rápido. El médico le decía que contara hasta 20 y ahí se durmió.
Cuando despertaba le dolía terriblemente. “¿Qué cosa me han hecho?”, pensó.
– La ambulancia me dejó donde la carretera termina, a media hora de a pie
desde mi casa. De ahí caminé, recién operada, hasta llegar a mi casa.
IGUAL COMO CASI TODAS LAS VÍCTIMAS, mujeres como
hombres, la pareja desconfía de su compañero/a de vida. Demetria nos cuenta que
las peleas con su esposo han sido constantes desde el 1997.
– Como no tengo más hijos menores dice que estoy parando con otros
hombres, me dice ahora.
– Y yo le discuto: ¿Quién tiene la culpa? Analízate bien. Tú me has
autorizado (a la esterilización). Si me hubieran matado, bueno, pero ahora
piensa eso (la infidelidad). ¿Cómo vivir así? Casi nos hemos separado, dice con
los ojos llenos de lágrimas, contando que tuvo en total cuatro hijos.
Cuando entrevistamos a Demetria solo faltaba un mes para las elecciones
en el Perú. Todas las encuestadoras dan como favorita a la hija de Fujimori.
Ella ha sostenido que su padre era inocente y que en el caso de violaciones de
derechos humanos a las 370.000 víctimas, pues serían los médicos los
responsables como autores.
– Ojala que no llegue al poder. Si llega al poder, ¿Qué va a pasar con
nosotras? Si su padre es que nos ha hecho esto. Si va a llegar su hija, no va a
reconocer las miles de víctimas que somos.
– No hay nadie que nos apoya. Tres veces nos han archivado nuestro caso
en Lima. Pero no nos rendimos, seguimos con la misma fuerza.
Antes trabajaron junto con el marido en el campo, en la chacra, cuidando
los animales, sacando la cosecha. Pero a raíz de las esterilizaciones, las
mujeres quedaron en la casa, generalmente, cuenta Demetria. Y el marido
reacciona:
– “¿Para qué pides plata, para que
cosa pides plata? ¡¡¡Muérete”!!! dicen varios maridos a sus esposas,
me cuentan las compañeras. Mucha pena nos da, “el Chino” Fujimori. Ese
desgraciado nos ha hecho este daño. Estamos sufriendo.
La Asociación de las Víctimas
Durante casi 20 años ha funcionado la Asociación AMAEF. Livia Pinares es
la coordinadora y nos encontramos una mañana en la oficina de REVIESFO, en
Cusco. Es de profesión enfermera y cuenta como la anterior secretaria general
de la Federación Campesina del departamento de Cusco, Hilaria Supa, la llamó una
mañana para contarle que doce mujeres la habían visitado para decirle que
habían sido esterilizadas en forma forzada. Desde ese día Livia es inseparable
con AMAEF.
Ella ayudó a las mujeres, tomando contacto en Lima con organizaciones
feministas para crear una mayor atención sobre el caso de miles y miles de
víctimas peruanos. Así comenzó el trabajo organizado que hoy sacude nuevamente
a la opinión pública en el Perú.
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Livia Pinares, AMAEF. |
Al día siguiente de la entrevista en Cusco, llegó la candidata Keiko
Fujimori. Fue recibida por una gran parte de la población que gritaba; ¡“Somos las hijas de campesinas que no
lograste esterilizar”! Con ese acto comenzó una cadena de eventos y
protestas, no importa donde ha aparecido la hija de Fujimori.
Cuenta Livia Pinares que durante los 20 años de actividades, AMAEF ha
visitado ciudades, pueblos y regiones y se ha confirmado la inmensa cantidad de
víctimas que sembró el programa de planificación familiar 1995-2000.
El Autogolpe de
Fujimori
Cuando el programa de planificación familiar se inició en 1995, Fujimori
había sido reelegido por su segundo periodo. Pero en mayo de 1992, Fujimori
ejecutó el “Autogolpe Palacial”. Disolvió el Congreso, la Corte Suprema de
Justicia y la mayor parte del Poder Judicial. Gobernó con decretos presidenciales, basándose en las FF.AA, la Policía,
los organismos de seguridad (Dircote-SIN) y de la inteligencia militar. Con la
asistencia del ex capitán del Ejército Vladimiro Montesinos, utilizó el grupo
paramilitar, La Colina, para la guerra sucia. Este grupo asesinó al presidente
de la mayor central obrera, la CGTP, el comunista y líder minero Pedro Huilca y
ejecutó otras dos masacres, por las cuales Fujimori fue detenido y sentenciado
a 25 años de cárcel.
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Familiares de las víctimas de la desapareción y masacre de la Cantuta el 18 de julio de 1992, solo dos meses después el "Autogolpe de Fujimori" en donde fueron asesinados diez universitarios (un profesor) por el grupo paramilitar La Colina. |
El principal motivo para cometer el autogolpe fue “la lucha contra el
terrorismo”, es decir los movimientos guerrilleros Sendero Luminoso y el MRTA.
Pero todas las protestas sociales fueron salvajemente reprimidas.
Justamente las regiones andinas fueron catalogadas como “centro de
apología al terrorismo” por el régimen ilegal de Fujimori. La población civil
temía el decreto presidencial que daba 20 años de cárcel a quien fuera acusado
de hacer “apología del terrorismo”. Fue en ese ambiente hostil para las
comunidades que las autoridades fujimoristas iniciaron El Programa de
Planificación Familiar.
Dice Livia Pinares que ninguno de los presidentes de turno ha querido
tomar el tema en serio y haber formulado una verdadera solución al problema.
Las víctimas exigen justicia, dice, sobre todo por su estado de salud muchas
mujeres están postradas a la cama y ahora son recriminadas nuevamente.
Embarazada y esterilizada
La coordinadora cuenta la historia de Esperanza
Huayama, una mujer que estaba embarazada en el tercer mes, en 1996, cuando la
querían esterilizar.
– Ella decían a los médicos; “No me hagan la ligadura, rogaba. Estoy
embarazada de tres meses”. Se le hicieron los análisis de orina y decía; “No, no
estas embarazada”. Al final hicieron la esterilizaron. Al cuarto mes iba
creciendo el útero y ya la herida se reventaba. Va al centro de salud para
decirles: “¡Ven, que estoy embarazada y ustedes me han hecho extraer al feto”!
Y todavía le han hecho a pagar a ella, lo cual no es justo.
– Actualmente ha tenido tan mala suerte, la señora, que su hijita que ha
tenido la atropelló un carro. Ahora no tiene hijos, se separó de su esposo,
porque le dice; “Yo para que quiero una pareja enferma, para que yo toda la vida gaste
dinero solamente en ti”. La abandonó y ahora ella vive vendiendo
algunas cositas. Es una triste realidad, concluye Livia Pinares.
– Son tantas cosas que han pasado y pese a esas pruebas contundentes que
se tiene, el Estado Peruano no quiere reconocer el error que ha tenido. Las
señoras que más han sido afectadas son la quechua-hablante. Porque si les da
una información en español, no la entienden. “A mí me han dicho que me van a
curar”, creían y fueron esterilizadas.
Dick y Miriam Emanuelsson
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Robert Chávez Hurtado, el
abogado que dirige el registro de las víctimas de la esterilización forzada en
Cusco
Por Dick y Miriam Emanuelsson
CUSCO / 2016-03-09 / Entrevista
con Robert Chavez Hurtado, abogado y Director Distrital en Cusco por el
Registro de Victimas de Esterilizaciones Forzadas, REVIESFO.
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Robert Chavez Hurtado. |
VIDEO:
Robert Chávez Hurtado, el abogado que dirige el registro de las víctimas de la esterilización forzada en Cusco
Los métodos usados por el Ministerio de Salud
Investigaciones y testimonios
recogidos por organizaciones como Amnistía Internacional y Cladem, por el
Congreso peruano y medios de comunicación, enumeran los métodos de
hostigamiento, amenaza o chantaje empleados por personal de salud de aquel
entonces para practicar ligaduras en mujeres peruanas.
Algunos de ellos
fueron:
- Chantaje a madres que recién
dieran a luz con no inscribir a sus hijos en registro civil.
- Amenazas con realizar abortos a
las mujeres embarazadas que no acepten ser esterilizadas.
- Presión psicológica con
argumentos sobre la irresponsabilidad o inestabilidad económica de los
maridos, para que las mujeres opten por la anticoncepción quirúrgica.
- Visitas casa por casa de
enfermeras que amenazaban con volver “con la Policía” si las mujeres no
aceptaban acudir al centro de salud.
- Festivales y campañas
destinadas a convencer a las mujeres de que el mejor método de
anticoncepción es la ligadura de trompas en lugar de otras formas de
planificación familiar no definitivas.
- Recorridos de ambulancias casa
por casa para recoger a mujeres.
- Pago de “incentivos” económicos
a los maridos para que firmen una autorización para que la mujer sea
sometida a una esterilización “voluntaria”.
- Ofrecimiento de alimentos y
medicinas como mecanismo de captación de mujeres de escasos recursos o con
necesidades urgentes.
- Uso de la fuerza física para
llevar a las mujeres a los centros de salud.
Reportes periodísticos de la época y
el informe congresal de 2002 concluyó que en ese periodo se establecieron
“metas numéricas” e incentivos para la práctica de esterilizaciones desde altos
niveles del Estado peruano.
(Tomado de
BBC-Mundo, Boris Miranda el 9 noviembre 2015).